Truenan por los aumentos

Los habitantes de la frontera chica se quejan por aquello del incremento a muchos productos de la canasta básica, y por los aumentos que se dan mes tras mes a los combustibles.

La situación inestable que viven las familias de los municipios fronterizos en esta región Ribereña a causa de los constantes aumentos en las gasolinas, provocan el desánimo entre los residentes al subir también los precios de los productos de primera necesidad, perjudicando aún más la economía de las
familias.
“Sí, la gasolina sube y sube todo, menos los sueldos; los precios por los cielos y nosotros por los suelos”, dijo un automovilista entrevistado que se quejó de los constantes incrementos a los combustibles y reconoció:
“Nos afecta todo y a todos, ya no hayamos la puerta”,
finalizó.
“Sí, sí antes le echábamos 50, ahora ya no es nada, ni 50, ni 100 pesos; ahora tenemos que echarle más, de perdido unos 200 y si le echas los 200 te quedas sin comer”, refirió otro automovilista que fue entrevistado al salir en su unidad de una estación gasolinera de Miguel Alemán.
Las familias ya no sienten lo duro, sino lo tupido, con los constantes aumentos en la canasta básica y los combustibles, afectando también el desempeño de los habitantes.
“Está demasiado cara, yo pienso que deben de bajarla, porque la situación nos está llevando a que tenemos que andar a pie ahora, pues últimamente todo está aumentando, aumenta la gasolina y aumentan todos los productos básicos, como los alimentos que tenemos en nuestra casa, ya no nos alcanza, yo creo que tenemos que luchar por eso, para que baje la gasolina”, dijo el joven Abel, residente de la colonia Hercilia.
El sentimiento se hace todavía más real, al no poder obtener lo necesario para poder solventar y realizar las necesidades cotidianas.
“Sí, ahora como quien dice, ya nomás mueves el carro una o dos veces, ya no puedes moverlo más, porque te acabas el poquito gas que le echas, yo tengo dos bicicletas para de perdido poder moverme”, dijo un trabajador.
La situación inestable que se vive hoy en día, con el impuesto al valor agregado, obliga a las familias a cruzar el río Bravo en busca de mejores ofertas. (Por Heriberto Rodríguez García / MIGUEL ALEMÁN, TAM.)