Ignoran necesidades de familias pobres

El programa piloto de la Cruzada Nacional contra el Hambre comenzó con tropiezos en la región marginada de Guerrero.
A 10 meses de que el Gobierno federal puso en marcha el plan de asistencia en el Municipio de Mártir de Cuilapan sus resultados han sido magros.
Los habitantes de esta zona denunciaron que este programa social sólo se ha concretado en la construcción de baños ecológicos, fogones, pisos firmes y remodelación de los centros de salud.
Y los proyectos productivos, se han entregado, pero de manera selectiva.
Esta demarcación ubicada en la región centro del Estado cuenta con 19 comunidades y está considerada como uno de los municipios de más bajo desarrollo humano en el País.
“En marzo vino gente de la Secretaría de Desarrollo Social y nos dijeron que nuestra vida iba a cambiar porque tendríamos otro nivel dentro de seis años, pero sólo han construido 33 baños ecológicos donde hay más de 200 viviendas, y también han colocado 31 fogones”, señaló Ignacio Morales Mundo quien es presidente del comité ciudadano de protección al ambiente que está considerado dentro del programa de la Cruzada.
Mencionó que en el caso de su comité, un grupo de 125 personas, entre ellas 60 mujeres, realizaron la reforestación de cien hectáreas pero hasta el momento la Comisión Nacional Forestal (Conafor) sólo ha pagado 347 mil de los 579 mil pesos de jornales a la gente.
Dionicio Ríos Mundo, integrante del Consejo para el Desarrollo Autosustentable de los Pueblos Indígenas, señaló que en muchas de las reuniones que tuvieron con personal de la Sedesol en la comisaría, la población planteó la necesidad de que este programa federal incluyera la realización de obras sociales de gran impacto social.
“Nosotros queremos un hospital regional, caminos, una presa, proyectos productivos para que la gente tenga empleo y que haya una fuerte inversión para que el río Mezcala sea purificado porque está muy contaminado”, señaló.
Indicó que los enviados de la Sedesol federal y estatal, les dijeron que eso representaba mucho dinero y que el Gobierno difícilmente aceptaría la propuesta de los pueblos de esta zona.
Contó que incluso, los funcionarios de estas dependencias se negaron a incluir en la lista de proyectos productivos a personas que en estos momentos no están en la comunidad porque trabajan de jornaleros en estados del norte del País.

‘Manita de gato’
Ríos Mundo indicó que una de las acciones que tiene este programa federal es la atención a la salud, pero que este apoyo a las comunidades solo se concreta en que a las clínicas se les hace una remodelación al inmueble y se le pinta de color azul.
“Pero los médicos y enfermeras sólo trabajan en un horario de 8 de la mañana a las 3 de la tarde y de lunes a viernes, además de que no hay suficientes medicamentos”, aseguró.
Por su parte, Saúl Valerio Reyes, comisario de la comunidad de San Juan Totolzintla, señaló que ahora con las lluvias provocadas por el huracán “Ingrid” y la tormenta “Manuel”, la gente de esta zona quedó con más problemas de marginación y pobreza.
“En mayo de este año apenas habíamos estrenado la obra de un sistema de agua, y con las lluvias quedó destruida así es de que la gente no tiene agua en sus tomas domiciliarias y tiene que caminar media hora para acarrearla de los manantiales”, aseveró.
Mencionó que en las reuniones que han tenido con los funcionarios del gobierno les han pedido que el programa de la Cruzada, no solo se suscriba a entrega de despensas, construcción de fogones o de baños ecológicos.
“Requerimos de obras de gran envergadura, pues aquí ni siquiera tenemos buenas escuelas, un buen centro de salud con médicos y medicamentos”, dijo.
Ignacio Morales Mundo, de la comunidad de San José Ostotipa, señaló que el Gobierno no ha realizado el sistema de drenaje porque la población les exigió que esta obra fuera acompañada con una planta tratadora de aguas residuales.
“No podemos tirar nuestras aguas negras al río Mezcala, porque eso implicaría contaminarlo más”, afirmó.

Detecta Coneval obstáculos
La inflexibilidad de las reglas de operación y la poca claridad en la interlocución de los órganos que ha creado, son algunos de los obstáculos a los que se ha enfrentado la Cruzada Nacional contra el Hambre.
Lo anterior de acuerdo con la actualización del primer diagnóstico del diseño e implementación de la Cruzada del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
El organismo analizó la Comisión Intersecretarial conformada por 16 dependencias federales, otras tres comisiones locales, los comités comunitarios de tres puntos rurales de Guerrero, y uno más en la colonia Simón Bolívar, de Acapulco.
De este último, advirtió que el ambiente de inseguridad ha inhibido la participación de las dependencias, mientras que en las zonas rurales identificó que los ciudadanos están interesados en tener mayor incidencia, pero sienten que requieren más capacitación o interlocución con las dependencias, por lo que terminan limitándose a supervisar e informar a la población lo que está haciendo la Cruzada.
El Coneval reconoció a la Comisión Intersecretarial como el órgano mejor integrado, aunque en los seis grupos que se ha dividido para atender temas específicos (empleo, alimentación, salud, servicios básicos, participación social y producción agropecuaria) se tienen avances diferentes.
Y es que temas como sustentabilidad, equidad de género y participación social no están siendo incluidos como parte de acciones integrales.
El estudio señala que no se ha visto que a esta Comisión se integre el trabajo y propuestas del Consejo Nacional, conformado por organizaciones sociales, ni del Comité de Expertos, como establecen sus lineamientos. (San Agustín Ostotipa, Guerrero / Reforma).