Indagan el pasado de mujer abatida

La mujer que fue abatida por la Policía luego de intentar embestir las cercas de seguridad en torno al Capitolio y la Casa Blanca sufría de trastornos mentales y creía que el Presidente estaba tratando de comunicarse con ella, dijeron funcionarios.
Miriam Carey falleció ayer al ser baleada por agentes policiales luego de que trató de irrumpir con su vehículo, acompañada de su hija de un año, en el perímetro de seguridad de la Casa Blanca en Washington.
Conocidos de la mujer, de 34 años, indicaron que ella se sentía emocionalmente inestable desde hace mucho tiempo.
Carey, quien aparentemente no realizó un solo disparo,ß se había lastimado el cráneo por una caída reciente y había sido despedida como asistente de un odontólogo.
Su madre afirmó que sufría depresión posparto.
Una fuente federal, que está al tanto de la investigación, pero no quiso ser identificada, dijo que detectives han estado interrogando a familiares de Carey sobre su estado mental y revisando escritos que ella dejó en su casa en Stamford.
“Lo que hemos visto es que su salud mental se había ido deteriorando, especialmente los últimos 10 meses desde diciembre, había estado oscilando’’, comentó la fuente.
“Nuestra hipótesis es que el deterioro de su salud mental fue una de las razones principales por las que inesperadamente decidió ir a Washington ayer’’.
Según la fuente, ella había hecho referencias sobre el Presidente en el pasado y pensaba que estaba tratando de comunicarse con ella.
“Esos mensajes, por supuesto, eran invento suyo’’, dijo el funcionario.
El año pasado, agregó, la Policía de Stamford recibió reportes sobre el estado psiquiátrico de la mujer.
Carey vivía en Connecticut, y las autoridades creen que viajó directo a la Capital y que los hechos violentos sucedieron inmediatamente después de que llegó.
Los vecinos de Carey en Stamford quedaron asombrados al enterarse de la noticia y al ver por televisión la imagen de su vehículo destrozado, rodeado de patrullas en una calle de Washington.
Erin Jackson, quien vivía en el departamento de al lado, en la planta baja del edificio, dijo que Carey era muy cariñosa con su hija Erica y con frecuencia la llevaba a hacer picnic.
“Era una mujer muy agradable, estaba muy feliz con su hija, muy orgullosa de su hija’’, describió la vecina.
“Yo no me hubiera imaginado esto ni en un millón de años’’.
Pero la madre de Carey, Idella Carey, dijo a la televisora ABC que su hija sufría de depresión posparto desde que dio a luz en agosto del 2012.
“Estaba muy deprimida, tuvimos que hospitalizarla’’, afirmó Carey, aclarando que su hija nunca había tenido problemas de violencia.
La madre desconoce lo que Miriam hacía en Washington D.C., pues hasta donde ella estaba enterada su hija tenía una consulta médica en Connecticut.
Como parte de la investigación, el FBI ejecutó una orden de registro en el edificio de Miriam y se acordonó la zona circundante en Stamford. (Connecticut, EU. / Reforma)