No se dejó

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“Estás bien rico, y no me importa lo que pase, pero tú vas a ser mío”, fueron las últimas palabras que mencionó el ingeniero Tomás Raúl López Rodríguez y con ello desató la sangrienta y mortal reacción.
Edgar Eduardo Rodríguez López, de 20 años, residente en Llera 302 de Jardines de Jarachina refirió lo anterior en su declaración que rindiera en la averiguación por delito de homicidio y robo en la fiscalía séptima investigadora.
“Me quería atacar sexualmente cuando fui a recoger una laptop que me estaba reparando. Yo le decía que no y él de manera insistente me acosaba al grado que llegó a doblarme uno de mis brazos por la espalda y en un movimiento erótico se me replegó fuertemente y llegué a sentir que estaba excitado al máximo”, agregó.
Dijo que el coraje lo cegó y fue cuando reaccionó violentamente, golpeándolo a puñetazos y puntapiés.
Le pateó y aplastó el cráneo con sus pies, al tiempo que lo azotaba contra las patas metálicas de la cama, ahí fue donde se ocasionó las heridas cortantes en el cráneo.
Negó haber utilizado armas punzocortantes. “Lo golpeé con manos y pies, incluso quise lavarme las manos tintas en sangre, pero no había agua en las llaves y tuve que utilizar el agua de la taza del sanitario.
Rodríguez López, confesó su crimen, pero dijo que “yo nunca pensé en matarlo. Sólo quería golpearlo para que entendiera que yo no era como él…. pues estoy casado y tengo hijos y me moriría de vergüenza si hubiera permitido una violación en la que yo fuera el sujeto pasivo”, dijo a manera de justificación al crimen que cometió.

PIDE BENEFICIOS EL DEFENSOR
El defensor público, José Salinas Loredo, en su intervención pidió al fiscal que tomara en cuenta las circunstancias en que ocurrieron los hechos.
Argumentó que los hechos son el resultado de una agresión física e inminente en perjuicio de la libertad sexual de mi defenso”, dijo.
“Fue algo necesario e inevitable, por lo que podría encuadrar en un homicidio en riña con carácter de provocado”, expuso el defensor al tiempo que pedía los beneficios que establece la ley para quienes confiesan sus delitos y se van al juicio sumario.
El fiscal Miguel Ángel Ríos Sanjuán tras reunir todos los requisitos de procedibilidad en las próximas 48 horas, dijo que ejercitaría la acción penal en contra del detenido. (Por Antonio Ramírez / Fotos: Blas Díaz / antonio.ramirez@latarde.com.mx)

GPS de un Iphone lo descubre
Un Iphone de Apple fue la clave para dar con el asesino del ingeniero y catedrático Tomás Raúl López Rodríguez, que resultó ser un exconvicto, adicto a las drogas, con quien pretendía una relación sodomita.
Gerardo Treviño Estrada y Luis Javier Cantú Amaya de la PME al presentar al homicida, Edgar Eduardo Rodríguez López, de 20 años, informaron de manera pormenorizada, como dieron con él, cuando no se tenía ni la más remota posibilidad de relacionarlos, al inicio de la investigación.
Al inicio se pensó en un crimen pasional entre homosexuales y se localizaron a varios amigos que en su oportunidad declararon y fueron descartados como sospechosos.
Pero, un amigo de López Rodríguez que sabía de la existencia y la falta posterior de un Iphone que López, había contratado con Telcel, contribuyó en la investigación y basándose en sus conocimientos de cibernética logró hackear la clave del aparato y en cuanto fue encendido ayer por la mañana, pudieron ubicarlo a través del Geoposicionador Satelital (GPS).
Fue en el domicilio de Víctor Manuel Beltrán Patiño, de 19 años, residente en Cerro San Miguel 1225 de la colonia Fuentes, sector Lomas, donde encontraron el Iphone y aunque éste no tenía ninguna relación con el homicidio, finalmente aportó datos sobre el autor del mismo, que fue el que se lo vendió en 2 mil 700 pesos.

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