Al menos 399 guatematelcos viven en la línea fronteriza con México, pues huyeron del Ejército de su país, quienes los acusan de invasión de tierras protegidas. Foto: Luis Manuel López
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En medio del lodo y mosquitos, los refugiados instalaron casas de campaña y de cartón, incluso debajo de lonas, viven niños, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad. Foto: Luis Manuel López
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Los guatemaltecos lograron llegar hasta la frontera mexicana y fueron auxiliados por la habitantes de la comunidad El Desengaño del municipio Candelaria, en Campeche. Foto: Luis Manuel López
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En la comunidad de El Desengaño, les ofrecen comida, ropa y agua, mientras regresan a su país, pues los refugiados claman regresar a sus tierras. Foto: Luis Manuel López
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Armando Guerra relató a EL UNIVERSAl que él y su familia vivían en la Laguna Larga, una comunidad del municipio de San Andrés, Petén en Guatemala, donde pasaron 17 años a pesar de que el gobierno los amenazaba. Foto: Luis Manuel López
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Hace unas semanas, esas amenazas se cumplieron porque algunas viviendas fueron quemadas por autoridades guatemaltecas. Foto: Luis Manuel López
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En la laguna larga no quedó nada, sólo ropa y colchones quemados; sin embargo, los refugiados quieren regresar pese a la destrucción de sus hogares y vivir en paz. Foto: Luis Manuel López
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La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dijo que entre los 399 guatemaltecos hay 12 mujeres embarazadas y 213 niños, 10 de ellos recién nacidos. Foto: Luis Manuel López
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De acuerdo con la CNDH en está población de refugiados han surgido brotes de enfermedades gastrointestinales y casos de salpullido en la piel. Foto: Luis Manuel López
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La Cruz Roja y el joven Francisco Farías, han llegado al lugar para ofrecer medicamentos y despensa a los desplazados. Foto: Luis Manuel López
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