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Disputan cárteles zona montañosa de Guerrero

Los Ardillos y Los Rojos mantienen un fuerte choque por el control y desatan más violencia

  • Por: REFORMA.
  • 11 ENERO 2016 - 09:28 a.m..
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En disputa. La violencia en los últimos ocho meses porque en esa zona se refugiaron integrantes del grupo delincuencial Los Rojos.

Chilpancingo

La lucha por ganar la plaza de la zona baja de la Montaña entre los grupos delictivos de "Los Ardillos" y "Los Rojos" ha provocado que, desde el 2014, la violencia en los Municipios de Chilapa y Zitlala se mantenga en esta misma ruta, pese a que existe un fuerte operativo policiaco y militar.

El primer caso de gran impacto que ocurrió en Zitlala fue el hallazgo de 12 cadáveres en una fosa clandestina en la comunidad indígena de Ocotitlán en noviembre del 2014.

Entre los 12 cuerpos, en avanzado estado de putrefacción, estaba el del sacerdote John Sseyondo -de origen ugandés-, quien el 30 de abril de ese año fue bajado de su camioneta por un grupo armado, luego de oficiar misa en una localidad cercana a Nejapa, del Municipio de Chilapa.

Se establece en las investigaciones que realizó la Fiscalía de Justicia de Guerrero que un grupo de sicarios de la organización delictiva "Los Rojos" fue quien habría levantado al cura, debido a que Sseyondo se había negado a otorgar un servicio religioso de bautizo al hijo de uno de los jefes de esta agrupación, que opera en Chilapa.

La violencia arreció en esta región indígena a partir de mayo de 2015, cuando más de 400 hombres armados -autodenominados policías comunitarios- tomaron por asalto las calles del Municipio.

La incursión de estos sujetos armados duró seis días y, pese a que su objetivo era detener al líder de "Los Rojos" en la plaza de Zenén Nava, se retiraron tras establecer acuerdos con mandos del Ejército mexicano y de la Gendarmería.

Durante su estancia en Chilapa, donde este grupo armado había instalado retenes y patrullaje callejero frente a las fuerzas federales, se les acusó de haber levantado a más de una treintena de personas.

Hasta el momento, siguen desaparecidas, a pesar de que la PGR y la Fiscalía de Justicia del Estado han realizado investigaciones para localizarlos vivos o muertos.

El vocero del comité de familiares de los desaparecidos en Chilapa, José Díaz, señaló que el número de personas que habrían desaparecido durante la incursión de dicho grupo armado asciende a más de cien, pero que sólo se tienen documentados 50 casos con denuncia ante Ministerio Público.

Una de las promesas de Héctor Astudillo, Gobernador de Guerrero, y de Xavier Olea, Fiscal General de Justicia, fue que en durante el mes de enero estaría integrada la Comisión de Víctimas y Desaparecidos.

Fuentes oficiales señalan que en Zitlala, al igual que en Chilapa, una de las actividades de los campesinos es la siembra de estupefacientes, ante la falta de empleo.

Además, aumentó la violencia en los últimos ocho meses porque en esa zona se refugiaron integrantes del grupo delincuencial "Los Rojos".

En noviembre de 2014 fue asesinado a tiros el ex candidato del PRD a la Alcaldía de Zitlala, Jacinto Gasparillo, en la comunidad de Tlapehuala.

Gasparillo era hijo del ex Alcalde priista del Municipio, Jacinto Gasparillo.

El 21 de diciembre fue asesinado Roberto Corraltitlán, director de tránsito del Ayuntamiento de Zitlala, al ser interceptado por un comando armado cuando se desplazaba en un vehículo sobre la carretera que conduce a la comunidad de La Esperanza, del Municipio Mártir de Cuilapan.

Al día siguiente, 22 de diciembre, un grupo armado ejecutó a cuatro jóvenes en las inmediaciones de la comunidad e Tonalapa.

El pasado siete de enero en la mañana, otra agrupación armada ingresó en la comunidad de Quetzalcoatlán de las Palmas y asesinó a balazos a seis personas, dejando heridas a tres más, entre ellas una mujer.

Las autoridades estatales calificaron a lo ocurrido como un enfrentamiento entre dos grupos armados. Sin embargo, los familiares de las seis personas asesinadas aseguraron que se trató de una masacre perpetrada por un comando que llegó a la comunidad.

Tras estos hechos, varias familias afectadas ya no quieren regresar a su comunidad, debido a que los individuos armados que accedieron a su pueblo amenazaron con regresar y liquidar a todos.

Según el Gobierno de Astudillo, elementos del Ejército mexicano y de la Policía estatal se encuentran en Zitlala para brindar seguridad a la población.


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