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¡No se logró la reconciliación!

El Tricolor prometió detalles futbolísticos para reconquistar a su afición, pero continúa desencantándola luego del 0-0 contra Honduras

  • Por: REFORMA
  • 07 SEPTIEMBRE 2016 - .
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La Selección Mexicana no enamora.

La Selección Mexicana no enamora.

El Estadio Azteca no se llenó. La ruptura tuvo su momento más triste cuando los aficionados pasaron del “Cielito Lindo” al “Fuera Osorio”. Y se supone que era el partido de la reconciliación...

La reconquista quedó sólo en el intento porque México mostró un rostro muy parecido al del Hexagonal anterior, inseguro, impreciso, sin idea futbolística ni variantes para dañar al adversario.

Los abucheos tras el primer tiempo y después del silbatazo final fueron la música del Tri camino al vestidor. Esta vez no hubo un penal cortesía de Mark Geiger que le salvara la noche a Osorio y compañía.

La mala estrella de México tuvo dos ejemplos claros: Hirving Lozano voló el balón al 55’ pese a que ya el portero había quedado fuera de la jugada y Héctor Moreno mandó un cabezazo desviado en la recta final, ya cuando Honduras se saboreaba la clasificación al Hexagonal y el amargarle la noche al Tri.

El técnico Osorio acertó al predecir que los catrachos jugarían al contragolpe, defendiendo hasta con nueve hombres, pero falló en el planteamiento porque incluso con su esquema defensivo los centroamericanos pusieron a sufrir a Alfredo Talavera en un par de ocasiones.

México perdió balones de rutina y en ese rubro Diego Reyes fue el estandarte. El colombiano se muere con la plantilla que fue humillada en la Copa América y con un jugador que regaló el esférico al 20’, 46’, 67’ y al que le hicieron faenas al 5’ y al 47’, acciones que hicieron sudar a los mexicanos que respondieron al llamado, a aquellos que creyeron en las palabras bonitas.

Honduras se dedicó a pegar y a perder el tiempo. Sus jugadores convirtieron cada choque en una amenaza de lesión, además de que su técnico Jorge Luis Pinto hizo corajes ante cada marcación arbitral desfavorable, por más que el silbante  acertara.

México metió en su cancha a Honduras sin llegar a agobiarlo. Ante la carencia de idea quiso ganar el partido con tiros de media distancia de Orbelín Pineda, de Miguel Layún, con la explosividad de Lozano y de Javier Aquino, con una barrida del debutante Ángel Zaldívar, pero el equipo sigue careciendo de ese hombre que se lo eche al hombro en momentos complicados. El liderato de grupo y el invicto en esta ronda Eliminatoria están opacados por el funcionamiento.

Esta vez los bolígrafos azul y rojo de nada sirvieron. Por más apuntes que hizo Osorio, el Tri dejó vivir a Honduras y ahora tiene en el horizonte un Hexagonal en el que las promesas de amor no serán suficientes.



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