¡Cumplidora!

Ciudad de México

Gloria Trevi es una reina para sus fans, pero también una heroína. 

Y es que en la firma de autógrafos que ofreció el jueves en un centro comercial del sur de la Ciudad, le pidió a su equipo de seguridad que se relajara y permitiera que la gente interactuara más con ella. 

Esa decisión propició que sus seguidores, más de mil, según la cifra oficial, le brindaran una ovación desde las 17:48 horas, cuando arrancó el evento.

Para que el evento fuera ágil, se planeó que los fans saludaran brevemente a la artista, se tomaran una foto con ella, con ayuda de un fotógrafo oficial, y luego, al bajar del estrado, se les entregaba un disco previamente autografiado.

Pero, para algunos, esto no era suficiente y metieron de “contrabando” plumones y fotografías para tener otra rúbrica.

Los celulares y las selfies tampoco estaban permitidas, pero varios se las ingeniaron para esconder sus dispositivos, ya fuera en los sostenes o en los resortes de la ropa interior.

Los elementos de seguridad intentaron apresurar la firma jalando a los seguidores de la regiomontana o impidiéndoles sacar sus teléfonos.

“¡Culeros!” y “¡eeeh, puto!” fueron los gritos de respuesta de la gente, hasta que la paciencia de la cantante se colmó y llamó a los custodios para que no fueran estrictos.

Gritos de “¡te amo!”, “¡estás hermosa!” y “¡Gloria, hazme tuyo!” fueron constantes para la intérprete de “No Quería Lastimarme”. 

Arreglos y ramos florales, peluches, manualidades, muñecas y cartas fueron algunos de los obsequios que le llevaron.

“Mi raza, qué contenta estoy, muchísimas gracias. Yo los amo más, de verdad. Vamos a empezar de una vez para podernos dar un abrazo rompehuesos, grandototote, y que no me falte ninguno de ustedes”, saludó Gloria.

Conformarse con una rápida foto no compensaba las horas o hasta días para estar cerca de la estrella. 

“Nada más vine a ver a Gloria, la sigo a todas partes. Mañana (viernes) me voy a Pachuca y el sábado a (Ciudad) Satélite”, dijo Adriana Cruz, una joven de Veracruz. 

Así como ella, otros seguidores de la artista durmieron afuera del centro comercial, pese a que el personal de seguridad quería prohibírselo. 

Todos los inconvenientes que pasaron quedaron en el olvido a medida que la firma, que duró cuatro horas y media, avanzaba y todos se acercaban a Gloria.