El joven conductor de un automóvil Chevrolet Sonic, salió del auto volcado, miró hacia el cielo y levantando las manos, dio gracias a Dios, porque le permitió salir con vida del aparatoso accidente en que se vio involucrado.
Dijo: “Gracias a Dios, porque el accidente sucedió en los momentos en que no había demasiada circulación por la carretera y mis probabilidades de sobrevivencia se multiplicaron y aquí estoy narrando lo sucedido”.
David Herrera de 34 años iba a recoger a su hermano al Puente Pharr, donde labora y su cuñada le había facilitado el automóvil.
Transitaba de poniente a oriente por la carretera a Río Bravo, cuando sorpresivamente, frente al cuartel militar, la llanta trasera izquierda se salió de su eje y sintió que el volante quedaba fuera de control, por lo que no pudo evitar que el vehículo se volcara aparatosamente.
Gracias a que la carretera no presentaba afluencia excesiva, el auto Sonic siguió su accidentada trayectoria hasta el sitio donde quedó sobre su lateral derecho en el acotamiento, sin causar daños a la carretera y sin averiar otras unidades.
Aunque el resultó con lesiones que se ocasionó al romper el vidrio parabrisas para poder salir de la unidad, prefirió quedarse en el lugar del accidente luego de ser examinado por paramédicos de la Cruz Roja, quienes regresaron a su base.