Vitamina D: sólo bajo prescripción

Este nutrimento debe consumirse si lo recomiendan los especialistas

La vitamina D, como muchas otras, contribuye al funcionamiento óptimo del organismo.

Este nutrimiento, en particular, ayuda a mantener la salud ósea al interactuar de manera importante con el calcio para proteger huesos y dientes.

“Entre sus beneficios, la vitamina D mejora la salud musculoesquelética, ayuda a que el calcio y el fósforo se absorban correctamente en el cuerpo, regula la cantidad de calcio en la sangre y protege contra la pérdida de masa ósea y fracturas en algunos grupos de población, especialmente en ancianos y otros grupos de riesgo”, señala la doctora en nutrición Elizabeth Solís Pérez.

En los últimos años se ha estado investigando la participación de la vitamina D en la respuesta inmune y su posible asociación con algunas enfermedades como esclerosis múltiple, diabetes mellitus, psoriasis, artritis reumatoide, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, insuficiencia cardíaca y ciertos tipos de cáncer. 

Sin embargo, aún hace falta más evidencia científica en México para determinar el papel de la vitamina D a nivel preventivo o de control de dichas enfermedades.

“La vitamina D es un componente importante que se debe monitorear y cuidar sus niveles apropiados de consumo y utilización en el organismo”, expresa la nutrióloga certificada por el Colegio Mexicano de Nutriólogos.

DEBE ESTAR INDICADA

Para obtener las cantidades suficientes, equilibradas y adecuadas de vitamina D, la doctora en nutrición recomienda combinar una exposición solar limitada con una alimentación que incluya fuentes ricas de este micronutrimento. 

“La administración de suplementos de vitamina D debe estar indicada por un profesional de la salud sólo cuando sea necesario, en ningún caso debe autoprescribirse”, indica Solís Pérez, quien forma parte del Consejo Directivo de la Federación Internacional de Asociaciones de Nutrición y Dietética (ICDA, por sus siglas en inglés).

“Es muy importante dejar de ver a vitaminas, como la D, como productos de moda, en particular en este caso por tratarse de una vitamina liposoluble que se almacena en el cuerpo y que además interactúa con otros micronutrimentos importantes para el organismo como el calcio y el fósforo”.

Los excesos y las deficiencias de ciertos micronutrimentos suelen ocurrir por falta de información y de educación nutricional en la población en general. 

“Es muy importante que dejemos de consumir suplementos por nuestra cuenta y le demos el lugar que merece cada nutrimento o micronutrimento para la salud de nuestro cuerpo”, comparte Solís Pérez.

“No hay que caer en modas, solamente médicos certificados y nutriólogos pueden recomendar tomar suplementos de vitamina D cuando sean necesarios”.

¿CÓMO OBTENERLA?

Esta vitamina se obtiene a través de tres formas:

1. Sol

También es conocida como la vitamina de la luz solar, ya que el cuerpo convierte los rayos del sol en vitamina D cuando la piel se expone directamente a ellos. Sin embargo, es importante utilizar protectores solares para reducir el riesgo de cáncer de piel. 

2. Alimentos

Pocos alimentos contienen este nutrimento de manera natural. Entre los productos naturales ricos en vitamina D destacan los pescados como el salmón y el atún. Otros alimentos que también la ofrecen, pero en menores cantidades, son el hígado de res, el queso, la yema de huevo y los champiñones expuestos a rayos ultravioletas.

Los alimentos que aportan esta vitamina han sido fortificados para añadirla, como la leche, los cereales, ciertos jugos de naranja, yogur, bebidas de soya y margarinas, entre otros.

3. Suplementos

Ciertas personas pueden necesitar un extra de vitamina D como adultos mayores, niños lactantes, personas con piel oscura y pacientes con enfermedad hepática, enfermedad celíaca o enfermedad de Crohn. También las personas con obesidad o sometidas a una cirugía gástrica de bypass.

MÁS O MENOS

- Cuando se consume en exceso

Por tratarse de una vitamina liposoluble que se almacena en el hígado las concentraciones elevadas de vitamina D ocasionan toxicidad.  La mayoría de estos casos resultan por sobredosis de suplementos y provocan síntomas como náuseas, vómitos, pérdida del apetito, deshidratación, fatiga, debilidad muscular y micción frecuente. 

De aquí la importancia de que su consumo sea regulado por un profesional de la salud. 

Además, el exceso de vitamina D puede provocar hipercalcemia (elevación de los niveles de calcio en la sangre), condición que puede dañar seriamente los riñones, los tejidos blandos y los huesos. 

- Cuando hay deficiencia

El déficit de vitamina D ocurre cuando no se consume o no se absorbe suficiente cantidad de este micronutrimento, o bien, cuando los riñones no son capaces de convertirla a su forma activa en el organismo. 

En bebés y niños la falta de esta vitamina causa raquitismo, enfermedad caracterizada por deformaciones de los huesos. Mientras que en los adultos que no la consumen adecuadamente propicia el desarrollo de osteomalacia (reblandecimiento de los huesos), osteoporosis o fragilidad ósea.