Sólo quieren conocer a sus papás

Menores centroamericanos y mexicanos viajan solos hacia los Estados Unidos Los menores  migrantes buscan llegar a los Estados Unidos para conocer a sus padres| quienes los dejaron en Centroamérica o México cuando partieron en busca del sueño americano.

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De octubre a la fecha, el movimiento migratorio de infantes se elevó un 168 por ciento y la mayoría pasa a la Unión Americana por la zona Ribereña, de acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Investigación Pew.
A la fecha estiman han cruzado ya más de 52 mil niños y adolescentes quienes viajan solos, aunque se advierte la cifra podría llegar a los 90 mil en este año.
Durante el 2013 la frontera de Nuevo Laredo fue por donde más menores fueron deportados por Migración de Estados Unidos y también detenidos en esa ciudad al no contar con documentación migratoria para estar en el país.
Fueron un total de mil 418 menores quienes recibieron asistencia en el Centro de Atención a Menores Fronterizos, dependiente del Sistema DIF.
En segundo lugar se ubicó la ciudad de Matamoros donde asistieron mil 376 menores de edad, tres más que Reynosa, quien se colocó en tercer sitio.
Ahora es Reynosa quien tiene el número más alto de menores repatriados y asegurados en la frontera, ya que a la fecha han recibido en el CAMEF a mil 325, casi la misma cantidad que todo el año anterior y faltando más de cinco meses para que culmine el año.
Nuevo Laredo, hasta el mes de junio recibió a 930, mientras que en Matamoros llegaron a 921, cifras que aún se consideran muy elevadas faltando varios meses para que concluya el 2014.
A lo largo de la zona fronteriza, las autoridades ya se coordinan para recibir una deportación elevada de menores, para darles atención y apoyarles para que estén de regreso en sus hogares. (Por Ciro Ibarra, Nubia Rivera Juárez y Felipe Valle)



‘‘Por amenazas de pandillas fue que me quise ir para allá”
“La pandilla MS me molestaba, me decían bastantes cosas, querían que entrara pero no quise, fue cuando hablé con mi mamá y le pedí que me llevara”.
Lesly Nayelli salió sola con dos mil dólares de su natal Arce, a 45 kilómetros de la capital de El Salvador, para emprender el camino rumbo a Estados Unidos.
“Por amenazas de pandilla fue que me quise ir para allá y estar también con mi mamá”, dijo la pequeña de tan sólo 12 años, quien asegura no tuvo miedo para hacer un recorrido de nueve días para llegar a esta frontera.
Le dije a mi familia que me iría para allá, quería volver a ver a mi mamá y estuvieron de acuerdo, cuando tenía tres años se fue, hace nueve que no la miro.
Le menor reconoció que no fue nada fácil despedirse de sus seres queridos y amistades.
“Me hicieron una despedida, estuvieron todas mis amigas, estuvieron felices pero después lloraron”, recordó, al igual que aquellos cuatro campeonatos que compartieron juntas en los torneos locales de softbol femenil.
“Siempre viaje en autobús, caminamos poco, pero siempre anduvimos en camión, el dinero lo use para eso, para comprar comida y para quedarnos en hoteles pequeños”.
En su trayecto nunca estuvo sola, al igual que ella, otras 26 personas buscaban el mismo sueño, llegar a la Unión Americana.
“Eramos 27 y aparte de mi había otros 10 niños, así como de mi edad”, señaló la pequeña quien apenas terminó el sexto grado de primaria.
Nos quedábamos en hoteles pequeños, nadie nos decía nada, comíamos arroz con frijoles, pollo y hasta popusas, mis favoritas.
Al llegar a Reynosa sintió que estaba muy cerca de ver a su madre, logró arribar con todo el grupo hasta esta ciudad.
“Estaba yo por un callejón cuando me descubrieron, me puse muy triste porque ya no iba poder ver a mi mamá”.
Lesly reveló que ya no va intentar cruzar a Estados Unidos, mejor regresará con su familia a El Salvador.
“Pienso volver, estudiar y ponerme las pilas”.



‘‘El coyote nos dejó perdidos en el monte”
“La última vez que comí fue la noche del martes, el lunes cruzamos el río en la noche y el jueves llegamos a Houston, ahí nos abandonaron”.
Ulises, de 15 años, salió de Papantla, Veracruz en un camión de segunda porque la empresa ADO se opuso a que viajara solo por ser menor de edad.
“Mis papás me dejaron de un año, yo no los conozco y ellos también me querían conocer”, explicó tras recordar la dura situación que pasó con hambre y en medio de la nada, ya en Estados Unidos.
El “coyote” nos dijo espérense voy a ver aquí adelante, pasó una hora y jamás volvió.
La última vez que comí fue la noche del martes, pero todo el miércoles no comimos nada, lamentó.
El jueves llegamos a Houston y tampoco comimos, ya a las 9:00 de la noche empezamos a caminar.
“Después de una hora nos detuvimos, el que nos llevaba nos dijo que el mosco (helicóptero de Migración) ya nos había visto, fue entonces que nos abandonó en el monte”, dijo.
Mis papás pagaron todo para que llegara hasta allá, yo iba sólo con dos mil pesos que me habían mandado para los camiones y comidas hasta llegar a la frontera.
“Habíamos caminado una hora, el "coyote'' nos dejó perdidos”, insistió.
Ya nosotros tuvimos que buscarle a ver cómo salimos, ya íbamos llegando cuando nos vio la perrera (camioneta de Migración) y nos levantó.
Ulises deseaba conocer y convivir con sus padres en Carolina del Sur, pero ya no fue posible.
“Voy a irme a mi casa, a donde yo vivía, ya no quiero intentarle”, aseguró tras recordar que el hambre y la sed fueron insoportables.
“Nos agarraron a las cuatro de la mañana, ya estábamos a punto de llegar al puente donde nos recogerían, a unos metros del lugar, pero no, nos atraparon”.
Volverá a Veracruz con el hermano de su madre, con quien ha vivido toda la vida, con el fin de seguir su vida en aquella entidad.



‘‘Nos tuvieron un día, en esa casa, amarrados”
“Nos dijeron que les diéramos el dinero, todo les dimos, todo el dinero nos quitaron, sin nada nos quedamos”.
Josué Jonás no conoció a su madre cuando nació en Morazán, El Salvador, ciudad cercana a la frontera con Honduras.
14 años después decidió ir en busca de su madre, quien contrató a un pollero para que se lo llevara a Estados Unidos.
Le dije a mi familia que me iría con mi mamá, todos se pusieron tristes y lloraron.
“Yo no gasté nada, mi mamá le pagó al señor para que me cuidara y me comprara todo”, recuerda el menor de 14 años.
El recorrido había sido normal, tranquilo, sin contratiempos, comía de todo, menos tacos, no le gustan, le dan asco.
“Nos tenían en una casa, nos daban de comer y todo muy bien, hasta que un día cambiaron”.
El menor se encontraba en la frontera de Guatemala, donde fueron asistidos como parte del trato para que pudiera llegar hasta donde se hallaba su mamá.
“Los de la misma casa fue que nos asaltaron, nos dijeron que les diéramos el dinero, todo les dimos, todo el dinero nos quitaron, sin nada nos quedamos”.
Una señora se escondió, por eso fue que no le quitaron nada, recordó Josué, quien triste contaba la difícil situación que pasaron antes de llegar a México.
“Ahí nos tuvieron un día, en esa casa, amarrados, les dijimos ya les dimos todo lo que traíamos, ya no tenemos nada”, comentó.
Lo que queremos es que su familia les mande dinero, respondieron los sujetos, quienes armados sometieron a los otros 14 que viajaban con él, seis menores, entre ellos una bebita de un año.
“A una señora le pegaron con un fusil en la espalda, cayó al suelo, un señor la quiso levantar pero le pegaron en la cabeza y le reventaron”, explicó.
“Le hablamos al "coyote" que nos viniera a traer, anduvimos de hotel en hotel en México, llegamos acá y fue que nos agarraron”.
Amante del futbol, fan del Barcelona, quiere regresar a su pueblo para apoyar a sus amigos en el torneo que recién empezó y buscará ser, algún día, como su ídolo Lio Messi.



Nuevo Laredo
2013
Recibieron a 1, 418  menores          
2014
Han atendido un total de 930



Reynosa
2013
Se atendieron  1, 373 menores
2014
Ya suman un total de 1, 325 niños



Matamoros
2013
Asistieron 1, 376 que viajaban solos       
2014
Recibieron a la fecha 921 menores de edad



 



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