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Uno de los casos más recientes es el de un comerciante de autos que fue secuestrado el pasado viernes en su negocio por parte de un grupo armado que lo habría levantado tras negarse a pagar piso.

De acuerdo con personas cercanas a la víctima, los plagiarios arribaron hasta el lote de autos conocido como "Autos Piña", ubicado en el kilómetro 232 de la Carretera Nacional, de donde se llevaron a Ramiro Cavazos Pérez, de unos 40 años.

Días antes, el comerciante había recibido amenazas por parte de un grupo que en las últimas semanas ha extorsionado a vendedores de autos usados legalmente importados, un giro comercial que abunda en Allende.

Hasta anoche se desconocía el paradero del comerciante, mientras que su negocio, un pequeño lote con una decena de vehículos usados ubicado a las afueras de la cabecera municipal, permanecía cerrado sólo con una cadena y luciendo abandonado.

"Se lo llevaron el viernes. Eran huercos (los secuestradores)", comentó una persona que pidió omitir su nombre y su relación con el desaparecido.

"Ahorita la raza, todos, andan bien asustados porque él es de la raza conocida de aquí, es un muchacho inocentón que estaba jalando bien. No sabemos nada de él", dijo.

"Eso (del cobro de piso) se había calmado al 100, pero de repente parece que ya se viene otra vez la gente esta que ven que estás jalando y te quieren chicotear".

Cavazos es parte de una familia de 10 hermanos, cinco de ellos dedicados a la venta de autos usados, que son conocidos en la cabecera municipal como "Los Piña" o "Los Piñateros" porque durante su infancia se dedicaban a la elaboración de piñatas que ofrecían en la Carretera Nacional.

Hace una década, los hermanos trabajaban en un mismo lote de autos usados, que llegó a ser el más grande de Allende.

Sin embargo, se mudaron del local original y abrieron negocios por separado luego de recibir amenazas por el cobro de piso durante la ola de violencia que azotó al Estado a partir del 2007.

Habitantes de Allende coincidieron en que la calma que regresó al municipio a finales del 2012 y principios del 2013 –después de una ola de violencia y secuestros que provocó un éxodo de empresarios y comerciantes– terminó en los últimos tres meses, cuando grupos armados regresaron a cobrar piso.

"Otra vez empezaron a pedir. Ya se había calmado", lamentó un habitante de Allende.

"Hay muchos loteros que ya van a cerrar. De los de la salida hay tres que ya cerraron y se fueron por lo mismo".

En un recorrido por el lugar se observó que prácticamente todos los lotes de autos han retirado los anuncios que identificaban a sus negocios con nombres y teléfonos, mientras que al menos tres locales han cerrado sus puertas en las últimas semanas. (Reforma/Monterrey, NL).