Una mujer de la tercera edad fue despojada de su bolso de mano, mientras tenía su atención centrada en actividades caritativas que realizaba en una iglesia católica de la colonia Narciso Mendoza.

Acababa de cobrar su pensión de la cual sólo dejó en su bolso de mano un mil pesos, así como algunos documentos importantes para ella.

No culpó directamente a nadie, pero indudablemente tuvo que haber sido alguien relacionado con la iglesia, el que se atrevió a robarle.

En el templo religioso habían acordado realizar una actividad para reunir fondos y solventar con ellos gastos de la iglesia y ella por ser una de las feligreses más activa, se acomidió para participar en el desarrollo, pero los ladrones de ocasión que donde quiera aparecen, encontraron la oportunidad de llevarse su bolso, con una parte del dinero de su pensión y sus documentos personales.

Por fortuna, dijo, que en su bolso no llevaba la tarjeta del banco con la que cobra su pensión.