Una seña muy particular que podría servir para identificar cuando menos a uno de los dos ejecutados cuyos cadáveres fueron ocultados bajo las aguas del canal Rodhe, afloró ayer.
Uno de los cuerpos traía en el dorso de una de sus manos tatuada la figura de una calavera.
A pesar del alto grado de descomposición y del daño que había causado el agua en los tejidos celulares, peritos de la PGJE alcanzaron a apreciar que en una de las manos de uno de los cadáveres tenía ese tatuaje que podría ser una seña particular, que sus familiares o amistades reconocerían en cuanto se enteren que las autoridades esperan que vayan a identificarlo.
Mientras esto ocurre, peritos sustrajeron tejidos orgánicos, así como algunas piezas dentales que contienen datos genéticos para compararlos con las personas que trataran de reconocerlos.
Hasta el momento el tatuaje y las ropas que aun se encontraban adheridas a los cadáveres es todo lo que tienen las autoridades para identificarlos, pero continúan con la búsqueda.