Ciudad de México

Después de la tormenta viene la calma y, tras una ceremonia del Premio Ariel marcada por las llamadas al cese de la corrupción y la unidad, vino una fiesta para dejar la tensión a un lado y celebrar al cine mexicano sobre la pista de baile.

Cerca de la medianoche, el Salón Los Ángeles comenzó a llenarse de cineastas, actores y productores que, con botellas o bolsos en mano, intercambiaban saludos, comentarios o felicitaciones desde la fila para ingresar.

Canciones de Maluma y J Balvin resonaron por igual para personas de generaciones distintas, desde María Evoli, a Arcelia Ramírez, Rodrigo Plá, Gabriela de la Garza y Dolores Heredia.

Algunos que asistieron a la ceremonia, como Ludwika Paleta, optaron por hacer acto de presencia y retirarse temprano. Mientras que otros que no se dejaron ver en la gala, como Luis Gerardo Méndez, prefirieron llegar directo al recinto ambientado con luces neón.

Vanessa Bauche y Tiaré Scanda fueron de las primeras en mover la cadera. Los zapatos de tacón y vestidos largos fueron igual de útiles que los tenis para pulir el piso con pasos de baile.

“Estoy viendo gente muy hermosa, yo no sé quiénes sean, viene gente muy chingona, con talento, que son la gente que va a poner en alto a la industria de cine mexicano”, expresó Lupita La Cigarrita, cuyo ritmo sonidero puso el ambiente, en mancuerna con Sonido La Changa.

Ninguno, dijo, recibió pago por su presentación, como apoyo para la fiesta en la que hubo patrocinio de alcohol por parte de la cinta La 4a Compañía (la gran ganadora del Ariel), y de mezcal, donado por la producción de Bellas de Noche.