Desde las 15:00 horas, el comandante Marco Antonio Llanas Quintero con personal a su mando y a bordo de una lancha a motor recorrieron un amplio tramo del Bravo, desde el Rancho Santa Alicia, hasta que finalmente a eso de las 18:00 horas lograban dar con el cuerpo de un hombre cuya edad se calculaba entre los 30 y 35 años, corpulento, el cual vestía sólo pantalón beige, zapatos negros y cinto del mismo color.
Tendría por lo menos unas 48 horas en el agua, no contaba con documentación que lo identificara y personal de los Servicios Periciales de la PGJE no le apreció huellas de violencia, así como tampoco una seña particular que sirviera para identificarlo.
Elementos de la cuadrilla de rescate, sujetó el cuerpo y lo arrastró hasta por debajo del puente internacional Reynosa-Pharr, hasta donde se trasladaron elementos del grupo de homicidios de la Policía Federal de Investigaciones, personal de la Agencia primera del Ministerio Público, para dar fe ministerial del cuerpo y ordenar que lo trasladaran a los servicios médicos forenses para la práctica de la autopsia.
Las maniobras de los rescatistas y las diligencias practicadas por la fiscalía investigadora se llevaron a cabo bajo la mirada vigilante de elementos de la Border Patrol, quienes con binoculares no se perdían ningún detalle.
Desde el lado norte del río Bravo, varias patrullas de la Border, se apostaron, cuyos elementos permanecieron vigilando, hasta que finalmente las autoridades mexicanas se retiraron del lugar, con la enésima víctima del Bravo. (Por Antonio Ramírez / antonio.ramirez@latarde.com.mx)