Un albañil que circulaba en su bicicleta, iba tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera vio que venía la muerte, por lo que fue atropellado y cayó a unos 8 metros del impacto, quedando con la cara mirando al cielo y los ojos bien abiertos.
El ahora occiso se llamó en vida, Pablo Mendoza Rivera, el cual contaba con 61 años de edad y tenía su domicilio en calle Colibrí número 126 de la colonia Correcaminos.
Mientras que el responsable se encontraba llorando arriba de la patrulla, pues tampoco daba crédito a lo que había pasado: “Es que nunca volteó para donde venían los carros, nada más se atravesó y lo maté, lo maté”, repetía una y otra vez.
Sergio Sánchez Canizales, de 45 años, empleado de la maquiladora Autoliv, parecía un niño desvalido y su padre llegó al lugar y trataba de consolarlo y le decía que fue un lamentable accidente. “Sí, pero lo maté, lo maté” y apuntaba al cadáver que lo tenia frente a él y así duró una hora, hasta que llegó la Agencia de Investigación número 2 a dar fe del accidente.
Lo atropelló con una camioneta Chevrolet pick up modelo 2001 de color guinda en cuya caja quedó un zapato del ahora occiso y el otro calzado, quedó a unos 5 metros del cuerpo al lado poniente. (Matamoros, Tam.)