SÚPER TACONES
Supongo que estos siempre estarán de moda, solo que, en la Edad Media en Florencia, eran plataformas de madera de hasta 60 cm de alto… ah y también la adoptaron los hombres. Los fuereños la tacharon de ridícula pues con esfuerzo conseguían caminar.
CEJA CORRIDA
El uni-brows era lo más hermoso que podía portar una mujer en la antigua Grecia. Hoy hay quienes luchan con aquello de depilar perfectamente la ceja, pero en la antigüedad las mujeres frotaban el hollín negro entre sus cejas, otras hasta usaban pelo negro de cabra que pegaban con un poco de resina de árbol en la parte posterior.
SONRISA OSCURA
Todos quieren una sonrisa deslumbrante, algunos en negro otros en blanco…ok fue exagerado. Pero lo cierto es que en Japón hubo una época en la que uno de los mejores looks incluía una dentadura negra, de hecho, pasaron casi mil años antes de que se prohibiera tal práctica (900-1870).
EL USO DE SIETE CAMISAS
La Revolución Cultural de Mao cambió la moda, la mayor tendencia era el uso de la mayor cantidad posible de camisas. Y después de las camisas venía una chaqueta. Ellos creían entre más camisas más inteligentes. El poseedor del récord parece ser un chico que llevaba siete camisas a la vez.
PARARRAYOS EN LA CABEZA
Por influencia de Benjamín Franklin, las mujeres en París empezaron a usar los sombreros pararrayos. Se trataba de salir con barras de metal unidas a la cabeza, dichas barras iban directo al suelo. Se vendieron principalmente a la gente más rica.
ZAPATOS “ALEXANDRA LIMP”
Alexandra de Dinamarca era vigilada por el mundo por ser la novia del príncipe. De hecho, las mujeres gustaban de copiar su forma de arreglarse a tal grado que cuando ella contrajo fiebre reumática y quedó con una cojera debilitante, le copiaron de nuevo. Al principio, usaban zapatos diferentes para lograrlo, luego las tiendas comenzaron a vender zapatos con un tacón alto y un talón corto.
OJOS ENVENENADOS
Los italianos llamaron a esta moda belladona, y lo hacían para dilatar las pupilas, aunque también conseguían acelerar el ritmo cardíaco y casi dejar ciego a quien la seguía. Claro que además debían ser cuidadosos pues un poco de más podría causarles la muerte. Todo esto en la Italia del Renacimiento.
CALCETINES CON SANDALIAS
En la antigua Roma se portaba con valor y orgullo sandalias abiertas con los calcetines debajo. Las medias fueron de punto de lana y hasta la rodilla. Al parecer, el uso de sandalias sin calcetines es un fenómeno relativamente nuevo.