‘La vulca del viejón’

A la esposa de Don Pedro, no se le complica nada, tienen llantera, herrería y estanquillo y para todo se da su tiempo

A doña María Fermina Félix Valentina, no se le complica nada, es originaria de San Luis Potosí, pero radica en esta ciudad desde hace 8 años más o menos en donde conoció a Don Pedro Segura Contreras y decidieron formar un hogar, ella tiene 45 años y él 62 años de edad, pero la diferencia de edades no fue impedimento para amarse y formar un bonito matrimonio, a María le encanta el sentido del humor que tiene Pedro, pues siempre la hace reír, y a Don Pedro le gusta que es una mujer que no se raja, siempre tiene la solución para todo y sobre todo que lo ama y respeta.

María y Pedro tienen una pequeña vulcanizadora llamada “La Vulca del Viejón”, la cual está ubicada en el Fraccionamiento Satélite, en la calle Alfa Centauro número 401, en donde todos los días llegan clientes de diferentes colonias a arreglar las llantas de sus vehículos o de igual manera a echar aire, entre otras cosas. En ese mismo lugar tienen un pequeño estanquillo y una herrería.

En noviembre del año pasado, Don Pedro sufrió de una embolia que lo dejó paralizado, fueron momentos de angustia para María al ver como había quedado, estuvo todo el tiempo con él y ella fue quien le ayudó a salir adelante, con mucha paciencia, dedicación y amor, lo cuidó, lo bañaba, le ponía su ropa, le preparaba sus alimentos y lo apoyó en todas las actividades diarias. 

Poco a poco Don Pedro se está recuperando, mientras María se hacía cargo de la vulcanizadora, ella misma, empezó a cambiar llantas, repararlas y aprendió todo lo que se hace en una llantera, además también ayudó en la herrería porque había trabajos que entregar, y a veces los clientes no entienden razones, asimismo a la par atendía el pequeño estanquillo, todas estas tareas sin ayuda de nadie, a lo que Pedro dice: 

“Me siento muy orgulloso de María, es un ejemplo tanto para algunos hombres que ni si quiera saben cambiar una llanta, como para las mujeres que dicen que no pueden hacer “cosas de hombres”, ella en todo me echa la mano, aprendió todo lo que hacemos en la vulcanizadora, sabe de herrería y hasta de mecánica, ella siempre me da la mano, es su forma de demostrarme que me ama y que quiere que me recupere pronto porque aun tengo secuelas de lo que me pasó”, expresó.

A veces Don Pedro es juzgado por permitir que María haga esta clase de trabajos, pero María es algo que hace con amor por apoyarlo, así que le pide que no le importen las criticas, de eso no viven, del trabajo que ambos hacen con esfuerzo si, es por eso que María dice: 

“Amo a Pedro, quiero envejecer a su lado, y me gusta cuidarlo, muchos lo critican por que arreglo llantas y cargo cosas pesadas; nosotras las mujeres también podemos hacer de todo, lo que pasa es que muchas no le hacen el intento y se viven quejando de todo, hay que luchar, seguir adelante, yo quito llantas, las pongo, las reviso, las arreglo, las parcho, les pongo aire, ayudo en todo lo que puedo, me siento contenta al poder ayudar a mi compañero de vida, todo con una buena actitud, porque una mala actitud es como una llanta ponchada, no puedes ir a ningún lado hasta que la cambies”, comentó.