Las pruebas periciales y la incriminación directa de las ofendidas en el caso de corrupción de menores y violación hundieron al médico y sus cómplices, quienes en su declaración previa se concretaron a negar los cargos, sin aportar más pruebas que sus simples dichos.
La licenciada Esther Valdez Rocha, titular de la fiscalía especializada en delitos sexuales informó lo anterior ayer luego de concluir con las declaraciones de los cinco involucrados en el caso.
John Mario Peláez fue señalado como quien suministró mariguana y cocaína a las dos menores, quienes resultaron en el antidoping, positivas a la mariguana y la cocaína e igualmente resultaron positivas en la alcoholemia.
En tanto que los exámenes ginecológicos confirmaron la agresión sexual tumultuaria que sufrieron las dos menores durante el tiempo que estuvieron en la residencia a donde las llevó otra menor de 13 años, quien las dejó en manos de los bestiales sujetos.
La fiscal dijo que los detenidos John Mario Peláez, Jorge Esteban Vargas, Rony Mariel Francisco, David Castillo y Rubén Roberto Ávila, van a ser consignados al juzgado segundo penal.
De acuerdo a la información que proporcionó la fiscal, son mayores y de más contundencia las pruebas en contra de los indiciados, las cuales servirán de base para el ejercicio de la acción penal.
Además que la coartada defensiva de los cinco involucrados resultó muy débil e insostenible. (Por Antonio Ramírez / antonio.ramirez@latarde.com.mx)
Tiene antecedentes el médico violador
El médico involucrado en el escandaloso caso de corrupción de menores y violación cuenta con antecedente por responsabilidad profesional, según consta en los archivos de la PGJE.
John Mario Peláez Londoño, propietario de la clínica del “Doctor John” que se ubica por la calle 20 de Noviembre del Fraccionamiento Reynosa, fue acusado de negligencia médica tras la intervención quirúrgica que le practicó a Rosa Reyes, una de sus pacientes.
La mujer lo acusó de haber actuado negligentemente durante la intervención que le practicó al grado que le dejó problemas para deambular.
Pero el acta circunstancial no se elevó al rango de averiguación previa por la falta de interés de la ofendida, quien ya no se volvió a presentar en la agencia séptima del Ministerio Público investigador, donde se abrió el acta en el año del 2011.