“Nunca había grabado una telenovela tan de cerca de la extrema pobreza, hoy tenemos la oportunidad de captar un poco la realidad de la gente”, dijo la actriz con respecto a las grabaciones que se realizan en el bordo de Xochiaca, en el Estado de México.
Buenfil abundó que se trata de una lección que la ha llevado a revalorar el sentido de su vida y de todo lo que le rodea: “Gracias a ésta tenemos la oportunidad de trabajar en muchos lugares, que no conocemos, desde playas hermosas hasta sitios impactantes como el bordo de Xochiaca, donde los lugareños nos cuidan y apoyan, es duro, pero de gran aprendizaje”.
“Quiero que sea creíble mi personaje, soy una mujer que perdió la razón desde que me robaron a mi hija”, dijo.
Señaló que su actuación en el melodrama “es difícil, por extraño que parezca vivo en un jacal, entre la basura, es una experiencia fuerte, que me está enseñando a cada momento, pero sobre todo a no quejarme de la vida”.
Erika Buenfil destacó que ha pedido a la producción el permiso de iniciar una campaña de ayuda: “Pregunté si podíamos traer cosas para obsequiar a los niños y niñas, a los jóvenes y a los adultos mayores, pero no sé cómo lo manejen y como quieran que se lleve a cabo esta ayuda, yo feliz porque le compartí a mi hijo Nicolás la situación y él quiso traer comida y juguetes que quiere donar”. (México, D.F. / NTX).