“Creí que iba a morir”

A casi un mes del atentado, el vocalista de Banda MS recuerda la pesadilla que vivió

El vocalista de la banda MS, Alan Ramírez, confesó que luego del atentado que vivió el pasado 2 de julio en esta ciudad, cuando la esquirla de una bala le entró por el cuello, lo único que le pedía a Dios es que no se lo llevara.

El cantante, quien se recupera en su casa en Mazatlán, Sinaloa, concedió entrevista exclusiva a Notimex, y además de hablar sobre esa mala experiencia, compartió que ya se encuentra muy bien de salud y listo para volver a los escenarios a principios de agosto.

“Estamos acá en Mazatlán, seguimos echando la “hueva” del mundo, recuperándonos, y pues ya estamos muy bien gracias a Dios, con muchas ganas de volver a la acción”, comentó Alan, quien estaba de muy buen humor al iniciar la charla telefónica.

Para comenzar, compartió que ya puede hablar más, pues los médicos le recomendaron que tratara de no hablar mucho, pues la esquirla le penetró el cuello y dañó una de las venas de la lengua.

“Ya podemos hablar más, me siento muy bien, sobre todo porque ya puedo comer, n’ombre eso de no comer es bien duro, sobre todo allá en el hospital cuando estuve internado, pero ya me siento mejor”.

Añadió que ya comenzó a vocalizar. “Despacito, porque tampoco quiero forzarme, y ahí la llevamos, emocionados por volver al escenario”.

Al recordar los difíciles momentos que pasó, el cantante pasó saliva y narró la pesadilla vivida.

“Fue un mal momento, pasamos por un lugar donde me imagino que había una persona que no le gustaba la banda o que era alguien que se peleó con alguien de por ahí, no sé”, señaló.

“La gente que se encarga de investigar dice que fue una bala perdida, lo que sí te puedo decir es que a mí me entró algo por la garganta y la otra parte de la bala o esquirla pegó en el tablero de la camioneta”, detalló.

Explicó que él salía del Auditorio Nacional cuando escuchó algo que detonó muy fuerte.

“Escuché algo que sonó muy fuerte, mis compañeros empezaron a gritar y preguntar qué pasaba, todos se agacharon; yo sentí que me empezó a arder la garganta, y al poner la mano sobre el cuello vi como empezó a salir sangre, me dolió la lengua y se me empezó a entumir”.

Comentó que, inmediatamente, “el señor de seguridad que los acompañaba se quería bajar de la camioneta, pero no lo dejamos, pues no traía arma, y qué tal si a él también le tiran, así que mejor me llevaron al hotel, de ahí a un restaurante del lugar y llevaron unas gasas para contener la sangre, cuando dijeron que la ambulancia tardaría 20 minutos en llegar, tomaron la decisión de llevarme al hospital en la camioneta”.

Agregó que a pesar de estar consciente, todo lo veía como un sueño y sólo tenía una cosa en mente: No morirse.

“Al llegar a la clínica ya me estaban esperando, me empezaron a intervenir y en 19 minutos me prepararon para operarme, la operación duró cuatro horas 20 minutos y te confieso que desde que escuché el detonante ese yo empecé a rezar, rezar mucho, luego en el hotel, y en la clínica, lo único que le pedía a Dios que no me llevara, tengo a mis hijos chiquitos, que por favor no me llevara y bendito Dios, mis rezos sirvieron y aquí estamos todavía”.

Sobre el parte médico, respecto a lo que le pasó, el músico sinaloense dijo:

“El doctor me explicó que en el cuello tenemos una parte en la que no hay nada, no pasa nada, es una parte muy chiquita como de tres milímetros y por ahí pasó la esquirla y no me hizo daño...”

DIOS ME QUIERE MUCHO/SEGUNDA PARTE