Conocía niña al asesino, era amigo de sus hermanos

Aunque vecinos lo veían como una persona normal, sin vicios y saludador, hay otros quienes revelaron tenía demanda en su contra por violar a quien fue su novia

La pequeña Elizabeth jamás imaginó que aquella mañana, su vecino, el amigo de sus hermanos, con quien convivió en algún momento, sería quien le quitara la vida.

El lunes 20 de febrero a las 8:00 horas del día, salió de su casa camino a la escuela, pasó frente a donde vivía el asesino, quien la llevó a un inmueble en abandono y ahí la atacó.

Los dos hermanos de la niña llevaban una buena relación con Edgardo, señalado como el asesino, pero también platicaba con las otras dos hermanitas.

En la vivienda abandonada, de color lila con rejas naranja, ubicada por la calle Educación de la colonia Vamos Tamaulipas, el homicida, de aproximadamente 20 años, fue donde la agredió con una piedra en la cabeza y con un cuchillo le cortó el cuello.

A pesar de la gravedad de las lesiones, la menor, como pudo, caminó unos 20 metros y llegó hasta un puesto de hamburguesas al carbón, donde la encargada la auxilio, hasta el arribo de paramédicos de la Cruz Roja.

ERA UNA PERSONA NORMAL

A Edgardo, los vecinos lo veían como una persona normal, saludaba, tenía amigos y no conocían antecedentes de que consumiera alcohol o drogas.

“Yo lo conozco, lo saludaba, lo veía como una muchacho normal, la verdad, no nos esperábamos que pudiera pasar algo así”, lamentó una vecina que conoce bien a ambas familias.

La tragedia mantiene consternada a las madres de familia de la escuela primaria Club Rotario 76, quienes no creían lo sucedido.

Esa mañana, Elizabeth iba sola, aunque otros días siempre era acompañada por otros niños del plantel.

Hay algunos maestros que en el trayecto a la primaria dan “ride” a los niños que ven en el camino.

“Estamos muy tristes con todo lo que ha pasado, los niños que la conocieron también están consternados”, dijo una empleada de la escuela.

De su casa a la escuela, la menor recorría unos 400 metros y  hacía alrededor de cinco minutos caminando.

Ese día no alcanzó a caminar ni la mitad, había sido privada de su libertad por un joven identificado como Edgardo, cuya casa ahora se encuentra abandonada.

Desde ese día ya nadie supo de él, aunque algunas personas lo consideraban un sujeto normal, hay quienes aseguran que ya tenía una denuncia de abuso sexual presentada ante autoridades por quien durante un tiempo fue su novia.