Cómo vivir sin gluten

Para el uno por ciento de la población en México consumir cualquier producto con gluten o trigo puede resultar fatal.

Para el uno por ciento de la población en México consumir cualquier producto con gluten o trigo puede resultar fatal.

Más allá de modas y poses, hay a quienes, por su condición celíaca, sensible al gluten o alérgica al trigo, les es vital abandonar el pan, las pastas, los aderezos, los sazonadores, las cervezas y un sinfín de productos que contienen gluten.

“El intolerante no se va a morir por ingerirlo, pero puede tener distintas reacciones; el celíaco, aparte de reacciones que pueden ser de urgencia, daña las vellosidades de su intestino, y el alérgico sí pone en peligro su vida porque la manifestación es impredecible”, explica la nutrióloga Teresa Rull, especialista en estos padecimientos.

Para someterse a una dieta libre de gluten es imprescindible un diagnóstico; de lo contrario, pueden provocarse deficiencias en el organismo.

La especialista cree que hay un buen número de personas que padecen celiaquía o intolerancia y no lo saben aún. Puede sospecharse que hasta 6 por ciento de la población es sensible al gluten, dice.

En México, quienes son diagnosticados con cualquiera de estas enfermedades enfrentan aún muchos obstáculos. El principal es que, al no existir una legislación que regule el etiquetado de los productos, se pueden disimular u ocultar ingredientes a los que ellos son sensibles.

“El gobierno, la Secretaria de Salud, y entidades como la Cofepris necesitan actuar. Hacen falta regulación y sanciones”, resalta la experta en celiaquía.

La nutrióloga puntualiza que puede lograrse una dieta equilibrada y sin gastos excesivos echando mano de papa, arroz, maíz, leguminosas y cereales permitidos. Las harinas pueden hacerse en casa.

Otro factor importante al procurar una dieta totalmente libre de gluten es la contaminación cruzada.

El gluten es una partícula muy volátil y abundante en las cocinas de casa y de la industria. Para evitar la contaminación en casa algunas reglas básicas son separar accesorios y utensilios o asegurarse de que están impecables y no alternar la manipulación de productos aptos y no aptos para celíacos.

PARA LUCHAR ES PRIMORDIAL LA ALIMENTACIÓN 

Una alimentación balanceada es fundamental en los pacientes con cáncer, ya que son propensos a que la desnutrición les afecte en un 70 por ciento, señala la nutrióloga Rocío Jiménez.

“El requerimiento de energía de los pacientes con cáncer aumenta, excepto del cáncer de mama. A causa de la demanda metabólica, necesitan más nutrientes”, explica la profesora de nutrición clínica del Tec de Monterrey.

El cáncer y su tratamiento pueden afectar el gusto, el olfato, el apetito y la capacidad de comer suficientes alimentos o absorber los nutrientes de los alimentos. Esto puede causar desnutrición (afección por falta de nutrientes clave). 

“La desnutrición puede provocar en el paciente debilidad, cansancio e incapacidad de combatir las infecciones o superar el tratamiento del cáncer”, señala en su página el Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos.

Jiménez resalta que el 20 por ciento de los pacientes con cáncer fallecen a causa de desnutrición, y no por la enfermedad.

Por ello, es vital que el paciente cumpla con una dieta balanceada diseñada por un especialista.

Dieta personal

En cada paciente la dieta es diferente, porque depende del tipo de cáncer y la etapa en la que está, su edad y sexo, entre otros factores.

Incluso, puede llevar la misma dieta que antes de su enfermedad, lo que cambia son las cantidades, dice Jiménez Aguirre.

Por ejemplo, deben abundar las frutas, las verduras y las proteínas de origen animal. La leche debe ser descremada.

“Una buena dieta es lo que los mantiene saludables y va a evitar los efectos secundarios de los medicamentos”, resalta la nutrióloga.

“Como la alimentación es una manera de vivir y de contraer placer en la vida, no hay un alimento que se prohiba, simplemente consumir moderado los dulces, las golosinas y los alimentos procesados”.

La nutrióloga María Luisa Ballí recomienda que los pacientes consuman los alimentos en pequeñas cantidades y varias veces al día, porque un platillo abundante puede ocasionar náuseas.