¡Astros, reyes!

Dodgers, a seguir esperando

Los Ángeles, EU

Inevitablemente, se cumplirán 30 años desde la última coronación de los Dodgers en una Serie Mundial. Y la ciudad que los adora se sentirá triste por un tiempo.

Listos para celebrar algo no conquistado desde 1988, los fanáticos de Los Ángeles acudieron vestidos de azul al parque. Terminaron entristecidos ante la derrota por 5-1 que los Dodgers sufrieron el miércoles ante los Astros de Houston en el séptimo juego del Clásico de Otoño.

El público local hizo su mejor esfuerzo para mantenerse optimista. Pero una pésima actuación de Yu Darvish se los dificultó. Los Dodgers quedaron en desventaja por 5-0 después de apenas dos innings, y nunca estuvieron cerca de reaccionar.

“¡Huele a remontada!”, gritó un aficionado durante la quinta entrada en Tom’s Urban, uno de los bares en el centro de Los Ángeles.

Lo engañó el sentido del olfato.

Joanne López Rojas, de 71 años, confesó que iba a “llorar en el camino de vuelta a casa, con una parada para beber algo”.

Junto con su marido Delfino, de 71 años, López Rojas fue dueña de un restaurante, y miró el juego en Tom’s Urban.

La mujer llevaba la cara pintada: De blanco en un lado, con flores coloridas por el Día de los Muertos, a la usanza en México. En la mejilla derecha tenía el logo de los Dodgers.

Pero la pintura en ambas mejillas comenzó a desteñirse por las lágrimas.

La escena contrastó con la vivida el miércoles por la tarde, en una urbe que hervía de entusiasmo y alegría tras la victoria de los Dodgers en el sexto juego.


¡HOUSTON CAMPEÓN!

Tardó 55 años, 6 meses y 20 días, pero la noche más feliz en la historia del beisbol en Houston llegó con su primer título de Grandes Ligas, que consiguieron los Astros al vencer en 5-1 a los Dodgers en el Juego 7 de la Serie Mundial.

Houston y el resto de Texas durmieron como nunca lo habían hecho y despertaron como siempre lo quieren hacer: con un campeonato de Grandes Ligas.

Una historia de ensueño que incluyó drama a lo largo del Clásico de otoño y el resto de la postemporada. El eterno equipo perdedor que se desprendió de miedos y en tres series batió a las organizaciones más populares y poderosas de Grandes Ligas (Red Sox, Yankees y Dodgers) con la misma personalidad que mostró la población de la ciudad texana cuando el huracán “Harvey” ahogó calles, pero no ilusiones.

Como grito de guerra, los Astros adoptaron la frase “Houston Strong” para convertirla en verbo sobre el terreno de juego. El equipo se unió para pelear por los ideales de su ciudad y demostrar que está de pie y ahora mira al resto de las organizaciones ligamayoristas desde arriba.

El Juego 7 de la Serie Mundial trajo consigo para los aficionados de ambos equipos angustia. El estómago se movió como una lavadora y aumentó el ritmo cardiaco al punto que sudaron como si fueran un jugador más.

Los Astros borraron su nombre de la triste lista de novenas que no han conseguido un campeonato de MLB, que se redujo a siete ( Rangers, Padres, Rays, Rockies, Brewers, Nationals y Mariners).

Si bien los aficionados de Houston tuvieron paciencia para esperar el primer campeonato en la historia de la franquicia y de Texas, no así sus bateadores, quienes desde la primera entrada salieron esta noche a matar.

La alineación asesina silenció Los Ángeles.

Alex Bregman se embasó por un error en tiro del primera base Cody Bellinger y permitió que Corey Bellinger timbrara.