Y no salió el sol, y si salió la lluvia puntual como lo anunció el Servicio Meteorológico.
Gotas gruesas y luego delgadas que se estrellaron en techos, jardines, casas y ventanas.
Sin víctimas para mojar, pues la ciudad luce vacía en un 16 de septiembre al amanecer.
Chipichipi y plop plop se oye debajo de las cornisas y láminas de metal que resuenan como un gigantesco despertador intermitente.
Atrás quedaron otros ruidos, otros olores, otros colores y otras lluvias las de la noche del grito de independencia en la plaza Miguel Hidalgo.
La algarabía tricolor, el ondear de banderas nacionales, los pasacalles de plástico, el estruendo de los juegos pirotécnicos que se derraman en cascadas de humo sobre miles de jubilosos en la explanada y alrededores del primer cuadro de la ciudad.
Hoy los bulevares y avenidas lucen vacíos, si acaso el silencio es roto por el paso raudo de una o dos unidades del transporte público colectivo.
Es domingo nublado al amanecer y llovió, mas tarde salió el sol.