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Afecta ‘depre’ a los ancianos

Es un tema dentro de la familia al que hay prestarle particular atención

  • Por: AGENCIAS
  • 11 ENERO 2017 - .
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Retraimiento, falta de apetito e interés, dormir durante muchas horas y desapego a tratamientos pueden ser síntomas de depresión en adultos mayores.

Retraimiento, falta de apetito e interés, dormir durante muchas horas y desapego a tratamientos pueden ser síntomas de depresión en adultos mayores.

Luis Miguel Gutiérrez Robledo, director general del Instituto Nacional de Geriatría, afirma que el invierno representa una época donde la sintomatología depresiva puede recrudecerse.

El frío y la reducción de luz solar provocan que, de manera natural, el cerebro produzca menos serotonina, lo que puede aumentar los sentimientos de desánimo y tristeza.

“Lo cierto es que es un tema dentro de la familia al que hay prestarle particular atención, porque los síntomas no son tan claros”, dice.

La tasa de prevalencia de síntomas depresivos alcanza hasta al 40 por ciento de la población en mayores de 60 años. Sin embargo, la de depresión mayor no es distinta a la que se da en otras edades, que es de 4 a 5 por ciento. 

“El retraimiento, la expresión de la depresión entre la gente mayor es un poco distinta de otras edades de la vida y con frecuencia se expresa a través de sintomatología física, que se atribuye a descompensación de otras enfermedades y no necesariamente se reconoce”, explica el médico internista y geriatra.

No es raro que la persona mayor vaya buscando atención para alguna dolencia, como puede ser la espalda, y esa condición tenga más que ver con una sintomatología depresiva que con una afectación física.

La Encuesta Nacional sobre Envejecimiento indica que la proporción de depresión en la población adulta mayor no ha variado mucho en los últimos 15 años.

“Sí es un tema que ha recibido poca atención. Aunque ya se hace el tamizaje, no tenemos aún protocolos de intervención”, reconoce.

El Programa de Atención al Envejecimiento, aplicado de manera sistemática en todos los estados, comprende un tamizaje con una escala de depresión geriátrica que un médico de atención primaria puede aplicar fácilmente para identificar la presencia de esta enfermedad.

“El punto es, más allá del diagnóstico de la depresión, actuar”, destaca Gutiérrez Robledo, pues el reconocimiento oportuno de este mal disminuye la morbilidad.

Con frecuencia, la depresión se convierte en un obstáculo para el apego a tratamientos y a una dieta sana.

También en una forma de descuido de la salud, no sólo mental, sino física, que puede ser discapacitante, advierte.

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