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¿Adicto al trabajo?

Vivir para trabajar no quiere decir que seas productivo y puede dañar tu salud

  • Por: AGENCIAS
  • 19 ENERO 2017 - .
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Si eres de los que se quedan en la oficina más horas de las que establece el horario laboral, y sueles llevarte trabajo a casa, probablemente eres workaholic o adicto al trabajo.

Si eres de los que se quedan en la oficina más horas de las que establece el horario laboral, y sueles llevarte trabajo a casa, probablemente eres workaholic o adicto al trabajo.

Estudios de la Facultad de Psicología de la UNAM, estiman que en México, entre el 45 y 50 por ciento de los profesionales en la edad más productiva --entre 30 a 50 años--, sufre adicción al trabajo, señala Fernando Rosales, fundador del Sistema Eficaz de la Actitud.

Advierte que quienes tienen esta adicción manifiestan daños físicos y psicológicos, como obesidad, irritabilidad, fatiga y trastornos del sueño.

“Es igual de grave que la adicción al alcohol y tiene repercusión en todas los aspectos de la vida de las personas. Su calidad de vida se ve deteriorada. Esta adicción origina mucho estrés y propicia que las personas se alimenten mal. Siempre comen rápido y optan por la comida fast-food, además de que no se dan tiempo para realizar ejercicio.

“También afecta el entorno familiar. Alguien que trabaja 10, 12, 14, 16 horas pasa poco tiempo con la familia”, alerta. 

Quienes tienen esta adicción pueden detectarla por su dificultad para dejar de trabajar, y de pensar en sus pendientes laborales.

“La persona tiene una incapacidad para parar. Tiene que ver con no respetar horarios, es decir, su horario concluye a las 6 de la tarde y se quedan en la oficina hasta las 10 de la noche de manera constante.

“Hay quienes se salen de la oficina, pero siguen trabajando desde casa. El trabajo empieza a desequilibrar las diferentes áreas de la vida, como la convivencia con familia y amigos, así como los tiempos de comida y para realizar actividad física”.

El problema, precisó, es que muchas empresas premian o incentivan esta adicción. “Estamos en una cultura de baja productividad y muchas veces se premia esta adicción al trabajo, pero el que trabajes por muchas horas no te hace productivo. A veces entre más horas trabajes menos productivo eres”.

Rosales indica que las empresas creen que teniendo personas que trabajen más van a producir más, y esto es un error.

“La cantidad de horas laborables no tiene nada que ver con la productividad. Tan es así que México, según la OCDE, es uno de los países donde más se trabaja en el mundo. Estamos trabajando alrededor de 2 mil 500 horas al año, pero en ese mismo estudio se revela que México es al antepenúltimo en productividad y en calidad de vida somos de media tabla para abajo.

“Trabajamos muchísimo, producimos muy poco y vivimos bastante mal. Lo contradictorio es que en los países donde menos se está trabajando en el mundo, alrededor de mil 500 horas al año, son el número uno en productividad y calidad de vida”.

Así que el trabajar más no significa que se produzca más. Es preferible trabajar menos y producir más.

“La idea es que en las empresas se desarrolle una cultura de productividad, pero con calidad de vida”.

Rosales explica que lo ideal es que haya cambios a nivel empresarial para cambiar esta cultura, pero también se requieren cambios a nivel individual. Para ello, es necesario que las personas tengan un cambio de mentalidad, pues así puede propiciarse una transformación en el comportamiento.

Es necesario, dice, que las personas equilibren todas las esferas en las que se desenvuelven, como el entorno familiar, de amigos y el laboral, para evitar caer en esta adicción.

MANTÉN EL EQUILIBRIO

Fernando Rosales, fundador del Sistema Eficaz de la Actitud, propone lo siguiente:

- Haz un alto y analiza lo siguiente: ¿Eres feliz? ¿Estás haciendo lo que te apasiona? ¿Tienes una relación fuerte y estable con tu familia? 

- Identifica cuál es el rumbo que has seguido hasta ahora: ¿Cuál es tu estilo de vida? ¿Cuáles son tus aficiones? ¿Cuáles son tus actividades diarias? ¿Hacia dónde te están llevando? ¿Qué quieres alcanzar con ellas? 

- Determina si ese rumbo coincide con tus anhelos más profundos: ¿Qué es lo que más anhelas? ¿Qué es lo que te apasiona? ¿Cómo quisieras vivir?

- Reconoce cuáles son los cambios que debes hacer para que coincida: ¿Qué cambios necesitas para alinear el rumbo de tu vida hacia tus anhelos? ¿Qué actividades debes dejar? ¿Qué actividades debes adoptar? ¿Qué relaciones debes reforzar? 

- Decide hacer al menos un cambio pequeño todos los días: Vivir en un estado de motivación y felicidad continuo no depende de tus circunstancias, sino de las decisiones diarias que tú tomas para alinear tus circunstancias hacia el rumbo que quieres seguir. 

- No te quedes estático: Explota tus virtudes y habilidades, practica deportes o cualquier actividad física que sirva como distractor y canalizador de energía.

(Agencia Reforma)


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